Cómo enfrentar y superar el cambio

Por: Dora Pancardo

Hace apenas unos meses no me hubiera atrevido a escribir o hablar sobre el cambio, pues estaba paralizada ante él por haber renunciado a mi empleo, descubrirme embarazada de mi nueva pareja y encontrarme aparentemente sin rumbo. Sí, estaba enamorada y decidida, sabía que no quería seguir haciendo lo que hacía entonces, sabía que estaba permitiendo que otras personas pasaran sobre mí misma, pero más que miedo tenía TERROR (así, en mayúsculas) de enfrentarme a todo lo nuevo que aparecía en mi vida en ese momento, que se abalanzaba sobre mí como una bola de nieve gigante de la cual me veía imposibilitada para salir ilesa.

• El miedo: Primer síntoma y primer paralizante. El miedo nos consume y parece volvernos incapaces de dar un paso, de asomarnos al mundo, de ponernos de cara ante aquello que nos incomoda.

• El desconocimiento: Muchas veces, afrontamos el cambio sin saber hacia dónde vamos, con qué recursos y qué obstáculos puede tener el camino. Esta falta de información nos genera ansiedad y confusión, ¿verdad?

• La cultura: ¡Sí, la cultura! Pues estamos acostumbrados a escuchar frases como: “es que eso nunca se ha hecho”, “qué vas a hacer si te quedas sin trabajo”, “aquí siempre se han hecho así las cosas”, “en nuestra familia, eso está mal visto”, etcétera, etc. ¿Te suena?

• Las pérdidas: El cambio implica perder lo que ya teníamos “seguro”, dejar al “bueno por conocido” por ir al encuentro con lo que hay por conocer. A veces, la pérdida es sólo material, pero también puede ser emocional, física, moral, etc.

• ¡La buena actitud manda!: Los cambios no tienen por qué ser negativos. La mayoría de las veces, salir de nuestra zona de confort se convierte en una aventura llena de experiencias y aprendizajes que no hubiésemos obtenidos de resistirnos, así que siendo positiv@ siempre tendrás mejores resultados que poniendo mala cara.
  
  
• Preparándote: Si te es posible, haz un plan previo, un mapeo sobre los “pros” y los “contras” que puedes enfrentar con el cambio, así no te sentirás tan insegur@ cuando alguna de estas situaciones se presente.
  
  
• Empezando. ¡Sí, da el primer paso, aunque sea uno pequeño! La mayor parte de los pensamientos negativos que tienes con respecto al cambio, están sólo en tu cabeza y no sucederán, ¡te lo aseguro por experiencia propia!
  
  
• Aceptando: Que las cosas no serán como antes, que lo “seguro” no existe en la vida, que los momentos y los días están llenos de incertidumbre, pero que justo es esto lo que conlleva un mayor aprendizaje.
  
  
• Dándote tiempo: El cambio lleva un ratito, ¡no son enchiladas, pues! Así que date tiempo, fluye con él a tu ritmo y, cuando menos te des cuenta, estarás incluso disfrutándolo y descubriendo todas las cosas buenas que tiene para ti.
  
  
• Hablando: ¡Cuéntaselo a quien más confianza le tengas! Hablar sobre lo que te preocupa, sobre lo nuevo en tu vida y solicitando consejos de aquellos a quienes aprecias, te quitará carga negativa y te llenará de porras y apoyo para cargar tu batería.